Si estás buscando un vinos rosado para el verano o una cena ligera, estás en el lugar correcto. Este tipo de vino es versátil, fresco y suele traer notas frutales que acompañan muy bien a una amplia variedad de platos.

Un vino rosado se elabora principalmente a partir de uvas tintas, con una corta interacción de la piel con el mosto para extraer color. Esa coloración suave y la acidez característica lo hacen perfecto para momentos casuales o comidas al aire libre.

• Exposición breve de la uva tinta al contacto con la piel para lograr el tono rosado.
• Fermentación a baja temperatura para conservar frescura y aromas frutales.
• Suavidad en el tanino, para un trago ligero y fácil de beber.

• Rosados secos: notas a frutilla, pomelo, sandía y cítricos; buena acidez y final limpio.
• Rosados semidulces o “off-dry”: un toque de dulzor que complementa platos picantes o de queso suave.
• Rosados con mayor cuerpo: perfiles más complejos, a veces con notas de rosa, melón y hierbas.

• Para comida ligera o verano: buscá rosados secos, frescos y con acidez marcada.
• Para maridar con pescados, mariscos, ensaladas o sushi: estilo seco y refrescante funciona mejor.
• Para aperitivos o tapas: buscá rosados con una nota frutal pronunciada y buena persistencia.

Serví el rosado entre 8 y 12°C para que conserve su frescura. Utilizá una copa tulip para concentrar los aromas y facilitar la experiencia de sabor.

• Ensaladas con frutos, pescado a la parrilla, sushi o tartar de pescado.
• Platos ligeros de pollo o cerdo, pizzas blancas y tapas.
• Quesos suaves y crudités: una combinación elegante y fácil de disfrutar.

Además, para elegir con confianza, podés revisar la etiqueta: el % de alcohol, la variedad de uva y el año te dirán mucho sobre el estilo y la intensidad del vinos rosado.