La malla de hierro es una solución versátil para cercos, refuerzos y organización de espacios. Es resistente, fácil de manejar y te ofrece una buena relación entre costo y durabilidad.

La malla de hierro es una rejilla formada por alambres entrelazados o soldada que, cuando se fabrica en hierro o hierro galvanizado, ofrece rigidez y durabilidad. Se usa tanto en exteriores como en interiores, según el acabado.

Podés encontrar malla de hierro en varias versiones: hierro sin galvanizar (más económico, pero sufre más con la humedad) y hierro galvanizado (capa de zinc que la protege del óxido). También existe la malla de hierro forjado para acabados decorativos. Los espesores varían y afectan la resistencia y el peso.

• Espesor del alambre: cuanto más grueso, mayor resistencia.
• Aberturas de la malla: una malla con aberturas más finas te da más protección; las aberturas más grandes son para cercas largas.
• Tipo de acabado: galvanizado para exteriores; sin galvanizar para uso interior.
• Medidas: ancho y largo de la pieza; pensá en si necesitás paneles, rollos o tiras.

La malla de hierro se usa para cercos perimetrales, refuerzos de estructuras, cercas para huertos, gallineros, protección de escaleras, divisiones en talleres y proyectos DIY. Es muy habitual en obra civil y ferretería.

• Revisa que el suelo esté nivelado y, si es exterior, que la instalación tenga drenaje adecuado para evitar acumulación de agua cerca de los postes.
• Usa componentes compatibles: postes, clips o abrazaderas según el tipo de malla.
• Utiliza guantes y protección para cortar o doblar el alambre.
• Considera usar fijaciones galvanizadas para evitar corrosión.

• Relación costo-rendimiento alta.
• Durabilidad y facilidad de reparación.
• Versatilidad para múltiples usos, desde cercas hasta refuerzos.